28.3.06

EN BRAZOS DE LA FIEBRE


Salir corriendo. Huir de los escalofríos empapados en sudor; mientras visitas un país que nunca habías conocido, donde montones de flores negras y témpanos negros devoran un paisaje blanco de nieve. Subes a un viejo tren que atraviesa una antigua mina de carbón. Parece que vas a salir, que consigues escapar. Pero te caes y ya no sabes donde estas. Sólo sabes que por mucho que lo intentes no conseguirás mover un sólo músculo. Y en ese momento, cuando el calor no puede ser más insoportable, un látigo frío en la espalda te recuerda que puedes morir esa misma noche.

No hay comentarios: